Para este proyecto, la interiorista ha querido enfatizar la importancia de estos espacios que transmiten calma y serenidad, inspirándose en los tonos de la arena, la tierra y la vegetación, creando una paleta de materiales natural y armoniosa. Se representa la experiencia que sentimos en un spa, ya sea en un hotel o en una residencia privada.
Para este proyecto, la interiorista ha querido enfatizar la importancia de estos espacios que transmiten calma y serenidad, inspirándose en los tonos de la arena, la tierra y la vegetación, creando una paleta de materiales natural y armoniosa. Se representa la experiencia que sentimos en un spa, ya sea en un hotel o en una residencia privada.
Las celosías del mural, cuidadosamente confeccionadas, y el pavimento de toba catalana se unen en una sinfonía visual y táctil que transmite una sensación inigualable de calma y calidez.
En la primera zona, de acabados sobrios y líneas rectas, existe un gran tótem central que cobra todo el protagonismo. La pieza ha sido hecha a medida con gres porcelánico para el proyecto y demuestra la dedicación a la excelencia y la personalización que define este espacio.
En la segunda zona, mediante el uso de materiales naturales, formas orgánicas y plantas mediterráneas, se logra un entorno de relajación y en contacto con la naturaleza. El elemento unificador del proyecto lo protagonizan las paredes de arcilla, creando un efecto continuo y de textura natural. Al fondo, una especie de celos de terracota invade el espacio con un juego de luces y sombras, haciendo referencia a la tradicional forma de tamizar la luz del mediterráneo.
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